Lo que no se nombra se olvida: para Nadia Vera
Raymundo Orta
Nadia Vera Pérez fue asesinada junto a Yesenia Quiroz, Alejandra Negrete, Mile Martín y Rubén Espinosa, este último periodista de la revista Proceso. Ella y Rubén se caracterizaban por estar siempre en lucha por un mundo muy Otro y posible; ayudaban a generar esos cambios sociales tan necesarios, como la lucha de los maestros en busca de mejores condiciones laborales, o el periodismo que busca desenmascarar los narco gobiernos y la corrupción estatal de Veracruz y México.
Sin duda, tanto tú (Nadia) como Yesenia, Alejandra y Mile, murieron por culpa del largo brazo del machismo social, la conformidad, la estupidez y la avaricia, así como Rubén que murió por decir la verdad: “No se mata la verdad matando periodistas”.
No hay certeza de lo ocurrido, nunca se habló claro a la madre de Nadia, familiares o amigos sobre los culpables materiales e intelectuales del asesinato múltiple de la Ciudad de México ocurrido en la colonia Narvarte. Asco y vergüenza debería darnos al dejar pasar este abuso burocrático que normaliza estos crímenes. Pero más horrible es no organizarse para gritar nombres, fechas y datos, pues es responsabilidad mutua que esta terrible realidad social desaparezca.
Un ejemplo de cómo lograr pequeños cambios es el trabajo comunitario que han realizado colectivos como Las Paredes Hablan o los RsES Crew, que se organizaron para hacer pintas en el barrio donde ocurrió el crimen, usando en sus murales atinadamente la frase “lo que no se nombra se olvida”. Este es un bello y revolucionario acto de humanidad y lucha.
Aquí también te nombramos, Nadia, porque fuiste y eres nuestra amiga y compañera, porque conversamos, reímos y bailamos juntos en repetidas ocasiones, teniendo siempre de espejo tu bella sonrisa. Gritamos tu nombre porque sin ti el mundo es diferente, nos haces falta.
Siempre eres y serás la antropóloga y compa Nadia Vera.