La rabia en CU
Se presenta Juguete Rabioso en la UNAM
“La grandiosa UNAM” Con estas palabras de Federico Bonasso (vocalista), dio inicio el concierto gratuito de Juguete Rabioso en el escenario principal de la Feria del Libro y la Rosa, el pasado 22 de abril, ya en la tarde noche. Banda legendaria -de la época del boom del rock mexicano, de inicios de los noventa-, muy castigada por el circuito comercial, poco conocida pero de enorme calidad. Desintegrada con dos discos editados, su prematura muerte impidió que lograra el reconocimiento que realmente se merece por su originalidad y frescura.
Me confieso admirador de su música, sobre todo en mis años de pubertad. Y a pesar de asumirme como iconoclasta en estos días, presenciar su concierto en la explanada del Museo Universitario de Arte contemporáneo (MUAC) me hizo rememorar mis años de fe rockera por ser más que un melómano. Su mística sigue intacta; Bonasso en el escenario logra transmitir una energía inigualable. Su entrega es total: “No sé en qué momento decidimos alejarnos de los escenarios” dijo. La respuesta de un anónimo entre el público asistente fue inmediata: “fue una pendejada, la cagaron”.
Hoy está de vuelta –después de 18 años- la agrupación (Santiago Behm, bajista; y Coco Ruiz, baterista, Federico Bonasso, vocalista) que se pusiera de nombre el título de una novela clásica de la literatura argentina, de Roberto Artl. Incluso se habla de que han grabado material nuevo, aunque en el concierto sólo hicieron gala de sus canciones clásicas como son “Mercenario”, “Tu amor mata, “No dejes que mi rabia muera”, “Sola está soledad”, por mencionar algunas.
Escuchar de Bonasso decir: “La grandiosa UNAM” es algo más que un simple cumplido para la audiencia de ese momento. Pues fue en sus prepas, ceceaches, facultades y escuelas donde se dieron a conocer desde aquel lejano 1991. El campus universitario fue el refugio de aquellas bandas primerizas que ahora son míticas como Caifanes, La Lupita, Santa Sabina, La Cuca, Maldita Vecindad, Panteón Rococó. La lista es larga.
Sobre todo desde el año de 1995, cuando se restringieron de nueva cuenta los conciertos de rock en la Ciudad de México, por los disturbios generados en la presentación legendaria de Caifanes, en la delegación Venustiano Carranza. El rock y el movimiento estudiantil siempre han estado muy de cerca. En las huelgas de 1986 y 1999 que defendieron la gratuidad educativa, los conciertos masivos representan más que financiamiento para el movimiento. Ambos, UNAM y el rock se han retroalimentado.
Esperemos que el regreso de Juguete Rabioso venga a refrescar la escena rockera en México, que tanta falta le hace. Por lo pronto, fui testigo de la vitalidad con la que Federico se apoderó del escenario, como si tuviera 20 años en lugar de 49. Pero lo que se mantiene con mayor vigencia, es el contenido de sus letras, que hablan en contra de la represión ilegitima, de la hipocresía del poder, y en favor de los desaparecidos, la rebeldía, la defensa de la identidad latinoamericana. Bien por el Juguete Rabioso, que vengan muchos años más con nuevas y mejores canciones.