Nuevo debate y diferentes reglas
El segundo debate presidencial entre Hillary Clinton y Donald Trump será este domingo 9 de Octubre, y enfrentará a los candidatos con preguntas hechas principalmente por votantes en el estudio y por moderadores que utilizarían, según la comisión de debates, temas de “amplio interés y populares en medios sociales”, un formato completamente diferente al del primer encuentro realizado la pasada semana.
Esto significa que tanto Clinton y Trump deberán interactuar frente a frente con votantes, un formato que presenta sus riesgos para ambos candidatos, aunque la candidata demócrata ha tenido más experiencia con el mismo que el magnate. Trump está más acostumbrado a eventos enormes, donde la interacción personal uno a uno es poca y más bien se trata de una multitud “adoradora” frente a un orador que se presenta tal y como quiere hacerlo, mientras que Clinton ha realizado numerosos eventos de este estilo anteriormente.
Pero Trump tiene la urgente tarea de superar su pobre participación del primer debate y de al menos moderar en parte el tono alterando y falto de perspectivas que ha promovido durante toda su campaña. Punto realmente crucial para mover electorado falto de empatía con el grupo republicano.
Regresando al debate, la mitad de las preguntas las eligirán los moderadores del evento mientras que la otra mitad de las preguntas serán hechas directamente por votantes en el estudio.Este formato ya fue utilizado antes en al menos uno de los debates de la primaria demócrata, pero no en la republicana. Históricamente se usó por vez primera en 1992, en un debate en el que participaron el entonces presidente George H. W. Bush, el aspirante Bill Clinton y un tercer candidato, Ross Perot. El formato fue aprovechado al máximo por Clinton, el esposo de la actual candidata, quien tenía una gran capacidad para conectar con personas del público y resultó fatal para Bush, quien se mostró confuso y totalmente desconectado de la preocupación de una mujer del público que le pidió describir como le afectaba personalmente la deuda nacional.
Hillary Clinton, sin embargo, ha interactuado con el público durante varios eventos en esta campaña, saliendo airosa hasta el momento.
Tras el primer debate presidencial, la crítica contra Trump fue brutal y trascendió que no se había preparado en forma convencional, estudiando los temas y estrategias, como lo hizo Clinton, sino que había tenido reuniones informales para discutir ciertas “frases” que podía utilizar en los mismos. Pero su impaciencia, constantes interrupciones y la falta de profundidad en los temas resultaron ser su talón de Aquiles, según los observadores.