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El presupuesto de la UNAM: al alza y a la baja


octaviosolis

21 septiembre, 2016 @ 8:04 am

El presupuesto de la UNAM: al alza y a la baja

@octaviosolis

¡Ni un peso atrás!

Dentro de todas las desgracias nacionales, aún tenemos algo que festinar, con un balance crítico pero, no deja de ser una buena noticia: el presupuesto designado a la Universidad Nacional para el 2017 muy probablemente no disminuirá. La propuesta del Ejecutivo Federal sobre el presupuesto de egresos para el siguiente año fue presentada hace un par de semanas en la Cámara de Diputados, y lo primero que circuló fue el dato de recorte de 239 mil millones de pesos en lo general para todo el presupuesto.

Con más detalle, se supo que los rubros más castigados, como siempre, fueron salud y educación, éste último tuvo un recorte de 31 mil millones de pesos. Para el caso específico de Conacyt su financiamiento –en la propuesta- disminuyó hasta un 20% respecto de este año en curso.

En este contexto, enterarnos de un incremento presupuestal, por mínimo que sea, para la UNAM, es un triunfo tanto de la institución como de los universitarios, quienes decimos: ¡Ni un peso atrás! Hasta ahora el dato obtenido, al cierre de esta edición, es que su aumento es mayor a un 5% sin descontar la inflación. Hay que revisar con más calma el incremento, es decir, descontar el crecimiento inflacionario para ver el aumento real, que probablemente sea del 1%.

Es evidente que dicho incremento es insuficiente para una institución tan grande y encargada de tres tareas sustantivas (docencia, investigación y difusión de la cultura), fundamentales para el desarrollo nacional. A mediados de año, el rector Enrique Graue mencionó que un verdadero crecimiento presupuestal debería de ser mínimamente del 5% real anual para responder a los desafíos de la UNAM.

Es importante no sólo evitar su recorte económico, sino empujar e insistir en un aumento reflejado en una pendiente constante hacia arriba, para responder a dos retos irreductibles: mantener la calidad educativa de la institución y al mismo tiempo, incrementar la matrícula estudiantil. Sostener con ello su doble carácter, que la distingue frente a cualquier proyecto educativo de todo el país, al ser, al mismo tiempo, una universidad de masas y de calidad.

El presupuesto de la Universidad Nacional había crecido en los últimos ocho años en un 3% anual, constante. Lo que se tradujo en un incremento del 30% en la última década. Ahora vivimos otro momento, producto de la severa crisis económica. Desde el año pasado nos alcanzó la contracción económica al aprobarse para la máxima casa de estudios un aumento del 1.3%. El hecho de que el presupuesto no se estanque para este año, anuncia que por ahora y en lo inmediato, la clase política no tratará de desmantelar el modelo educativo defendido en la UNAM.

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La imagen muestra el presupuesto de la UNAM desde 1980 hasta 2016.

En resumen, la propuesta del Ejecutivo Federal anuncia -en el corto plazo- un crecimiento presupuestal de la institución, mínimo, pero que dadas las circunstancias y el contexto actual, es un triunfo, pero también advierte de una inclinación de esa pendiente positiva del presupuesto. Dicho de otra manera, el financiamiento crece, pero no en la misma proporción, lo que en el mediano plazo se corre el riesgo de convertirse en una pendiente negativa.

Sociólogo y Comunicólogo por la FCPyS de la UNAM. Autor del libro Epifanía política y El fin de una era en la UNAM. Twitter @octaviosolis