El constituyente #CDMX o la antidemocracia de los políticos
Karim Solache @AxySpott y Ángela León
Es patente la comercialización de todo cuanto toca al capital en los umbrales del siglo XXI en nuestro mutilado país. Sólo hace falta ver las playas mexicanas vendidas como estériles tierras; hace falta ver a la otrora 5ta empresa petrolera del mundo, PEMEX, rematada al gran capital por una clase política que no se incomodó al saber que el 50% de los ingresos federales se obtenían por concepto de las ventas petroleras. Al fin y al cabo para eso están los impuestos que paga la ciudadanía. En un ámbito más mundano, no hace falta más que ver a los históricos-íconos, como la efigie de Ernesto el comandante “Che Guevara”, estampado en playeras, tazas y hasta en ceniceros para comprobar que no existe, mercancía, objeto, sujeto o idea que escape a la lógica de mercantilización y cosificación del capital.
¿Es acaso una coincidencia que el Distrito Federal tenga taxis rosas por decreto, pretendiendo camuflar el alza en los índices delictivos desde la llegada de Miguel Ángel Mancera a la jefatura de gobierno? ¿Es otra coincidencia que nos quieran hacer creer que otra constitución local va a proteger los inexistentes derechos civiles de la capitalinos, violados sistemáticamente desde 2012, y a defender los menguados derechos sociales de los chilangos? ¿Es otra coincidencia que el nombre de la capital del país haya cambiado de “Distrito Federal” a una especie de ridículo hashtag turístico, es decir, #CDMX como si se estuviese hablando de un producto de SARA o CALVIN KLAIN que hay que promocionar para luego vender???? ¿Es que el DF o Ciudad de México, o como el marketing-perredista-priista le ha denominado la “#CDMX”, se ha convertido también en un producto que puede ser mercantilizado por la partidocracia y la oligarquía mediática, y que para ello requerimos de una constitución capitalina?
Desde hace ya varios años, por lo menos desde el 2007, ha existido la propuesta de convertir al Distrito Federal en la entidad federativa número 32 del país. El Partido de la Revolución “Democrática” (PRD) sufrió una derrota electoral en el Distrito Federal en junio de 2015, donde había ostentado la hegemonía electoral desde que el Ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas llegó por la vía democrática al flamante y recién creado GDF en 1997. Por alguna extraña, política y no ciudadana razón, luego de esta derrota electoral sufrida por el ahora partido satelital de PRI en el DF, misteriosamente aquella e improbable propuesta de convertirlo en una entidad federativa con una constitución política propia, al igual que sus 31 hermanas federales, resurgió de entre las cenizas de la partidocracia mexicana como un ave Fénix.
Pero ¿Qué es el Distrito Federal, cuál es su historia, cuándo se fundó y, más importante aún,…qué es el sistema federal?
Uno de los principales y más acalorados debates que se dieron entre la clase política desde la independencia fue sobre el sistema de gobierno que se establecería en el país. De un lado los liberales deseaban implantar el federalismo, tomando el ejemplo de la prosperidad estadounidense; del otro los conservadores abrazaban la idea de instaurar el centralismo que, en su opinión, evitaría que la nación fuese presa de nuevos intentos de invasión.
Pero aunque las pugnas al respecto se alargaron durante todo el siglo XIX, el inicio del sistema federal se anunció oficialmente con la Constitución de 1824, lo cual implicó que la república quedase constituida en 20 estados libres, soberanos e independientes, cuatro territorios y un “”””””Distrito Federal””””””. Para los primeros esto significó una ventaja en términos de que sus elites políticas y económicas gozaron de la mayor de las autonomías para recaudar impuestos e impartir justicia, entre otras cosas. Desgraciadamente, esta primera experiencia demostró que los cacicazgos locales (igual que hoy) eran un obstáculo para el gobierno nacional debido a que no pagaban sus deudas (igual que hoy…véase Moreira en Coahuila o Duarte en Veracruz) y limitaban sus facultades administrativas en un momento en el que se requería de un orden fiscal y arancelario (igual que hoy).[1]
Mientras ello sucedía, se argumentó la necesidad de que se eligiera un territorio que fuese residencia de los supremos poderes federales. El 18 de noviembre de 1824 finalmente se decidió que la Ciudad de México, por haber sido la capital virreinal (y Azteca), tener una posición geográfica estratégica y albergar importantes propietarios y comerciantes, era el lugar más adecuado. Para su organización y administración se le dotó de un Ayuntamiento que coexistía con el gobernador, nombrado por el Ejecutivo. Con la instauración de reformas constitucionales, el nombre y las atribuciones de esta figura cambiaron. Por ejemplo, en la reforma del artículo 73, fracción VI, y del artículo 122, el 25 de octubre de 1993 el nombre de Jefe del Departamento del Distrito Federal cambió al de Jefe del Distrito Federal, pues de manera oficial el Departamento Central creado el 31 de diciembre de 1928, dejó de existir.
Además, en 1996 se aprobó la elección directa por los ciudadanos del que se denominó Jefe de Gobierno del Distrito Federal,[2] siendo elegido el Ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas Solorzano del PRD en los comicios de 1997.
En este punto valdría la pena plantearse algunas interrogantes “ciudadanas”:
¿Por qué luego de la derrota electoral del más poderoso aliado del PRI en el DF, se rescató de la nada aquel proyecto de dotar a la CDMX de una constitución propia? ¿Por qué repentinamente la clase política mexicana, desde el presidente Enrique Peña Nieto, el jefe de gobierno del DF Miguel Ángel Mancera y el Congreso de la Unión, se encontró desde junio del 2015 tan PREOCUPADA POR LOS DERECHOS CIVILES Y POLÍTICOS de los “ciudadanos de segunda clase” de la Ciudad de México? ¿Por qué ahora que se encuentra en puerta una elección tan importante para elegir a los diputados que elaboraran la carta magna de la Ciudad de México, el poder Judicial actúa congruentemente y conforme a derecho, derogando los delitos de “ultraje a la autoridad” cuando, durante tres años sirvió para encarcelar ilegalmente a muchos periodistas y manifestantes pacíficos con la anuencia de Mancera y de la PGJ-DF? ¿Acaso el poder judicial en el Distrito Federal tuvo una epifanía-democrática en vísperas de la elección del constituyente de la #CDMX para intentar dotar de un halo de credibilidad al PRD, luego de una política de macana de tres años seguidos? ¿Por qué los partidos del Pacto Por México[3] se han apresurado a promover en un tiempo record, de menos de un año, el derecho de los chilangos a tener una constitución propia?
En febrero de este año, el Jefe de gobierno Miguel Ángel Mancera presentó unilateralmente al grupo de trabajo que se encargará de redactar la nueva constitución. Las 28 personas elegidas, delinearon un primer texto de la carta magna de la CDMX. Por su parte, el PRI y la diputada Mariana Moguel, presidenta del Comité PRI-DF, inauguraron en diciembre del 2015 el “Consejo Consultivo para la Reforma del DF”, en el cual “suponemos” el PRI-DF no tuvo ninguna injerencia.
Entonces, los trabajos para la presentación tanto de la constitución misma de la #CDMX como del grupo de “especialistas” han corrido por parte, enteramente, de los partidos políticos dejando al margen a la ciudadanía del antiguo DF.
Pero el presidente Enrique Peña Nieto, el Congreso de la Unión y el jefe de gobierno “designarán”, o sea impondrán, a 40 de los 100 diputados constituyentes violando flagrantemente la constitución política de los Estados Unidos Mexicanos que en su artículo 39° establece claramente que:
“La soberanía nacional reside esencial y originariamente en el pueblo. todo poder público dimana del pueblo y se instituye para beneficio de éste. el pueblo tiene en todo tiempo el inalienable derecho de alterarlo o modificar la forma de su gobierno.”[4]
De acuerdo con ello, la constitución dicta que la soberanía nacional reside esencialmente en el pueblo, es decir en la sociedad civil, quien por ley debe elegir al 100% de los constituyentes y no sólo al 60%. Más aún, la concepción existente en México de la “democracia” deja mucho que desear en vista de lo que uno de los grandes especialistas en el tema ha descrito como tal:
Democracia [es el] “Gobierno del pueblo por pueblo. Es una forma de gobierno, un modo de organizar el poder político en el que lo decisivo es que el pueblo no es sólo el objeto del gobierno -lo que hay que gobernar – sino también el sujeto que gobierna”. [5]
Luego de ver cómo ha procedido la clase política mexicana ignorando en todo momento al pueblo, quien constitucionalmente ostenta legalmente la soberanía, podemos corroborar que la confección de la carta magna de la Ciudad de México obedece en todo sentido a los intereses particulares de la clase política mexicana.
¿O debemos pensar lo contrario? ¿Si es que los ciudadanos nos equivocamos y calumniamos a la honesta clase política mexicana que, desde junio de 2015, se encuentra tan obscenamente empecinada en “dotarnos de un marco jurídico de primer mundo” a los capitalinos…entonces? ¿Por qué chingados no han aprobado la iniciativa de ley que desde 2003 se encuentra en la nevera a propósito de la democracia-participativa????? ¿Por qué jodidos no han discutido y aprobado en menos de un año el mecanismo de la democracia directa y participativa ciudadana, es decir, el REFEREMDUM[6] y el PLEBISCITO[7]????
¿No se ha tratado, según la partidocracia, de trabajar para dotarnos de una ciudadanía de primer mundo a los capitalinos por medio de la Reforma Política del DF, con su patético hashtag #CDMX y su falso intento por democratizar esta ciudad con una carta magna???? ¿O es que lo único que busca Peña Nieto, Miguel Ángel Mancera y el Congreso de la Unión es restringir de nuevo el margen de autonomía y democracia que ya se había conseguido en esta ciudad a partir de 1997? ¿Es que la clase política mexicana de nuevo quiere vernos la cara apelando a la protección y promoción de los derechos políticos de los capitalinos, mientras lo que han hecho en realidad, es pagar las deudas que el PRD tenía con el PRI, a propósito de los tratos por debajo del agua del Pacto Por México?
Para cerrar
¿Es que nos quieren seguir vendiendo la idea de que los políticos trabajan por y con el pueblo, cuando en realidad lo detestan, lo ignoran y le temen?
Me parece que ningún legislador nos ha dejado más clara la opinión que la clase política mexicana tiene de la participación ciudadana en la política, como lo ha hecho el priista Omar Fayad quien en la tribuna del senado, el 26 de febrero del 2014, pronunció las palabras ya consagradas por la historia patria, en favor de la democracia directa y participativa:
“Porque no podemos pensar que el dicho de que el gobierno es del pueblo y que el pueblo es el que manda ustedes puedan admitir que ese dicho lo ejerza cada mexicano porque eso llevaría a la anarquía, porque saben perfecto que eso es imposible[…]”[8]
Al parecer esto mismo tuvo en mente toda la clase política mexicana cuando decidieron elaborar un proyecto de reforma en el DF excluyendo exprofeso a toda la sociedad civil quien, como en la época colonial, sigue siendo tratada como una masa inculta en una minoría de edad permanente.
Por otro lado, cuando algún ciudadano realmente independiente y no un tipo de “independiente-priista”[9] quiera postularse como candidato a la asamblea constituyente de la Ciudad de México deberá juntar al menos 70,000 firmas. Quizá por ello, ahora la otrora crítica y abstencionista doctora del Colmex Denisse Dresser y la combativa locutora de radio Fernanda Tapia se han sumado a los esfuerzos de los chuchos del PRD para “conservar las conquistas ciudadanas”. Pero al mismo tiempo estas críticas mujeres están legitimando a este partido político que desde 2012 nos ha mostrado el inmenso desprecio que siente por la sociedad civil capitalina y por la verdadera democracia.
A todas luces, la confección de la nueva constitución de la Ciudad de México busca restar poder a la nueva e hipotética administración que resulte triunfadora en los comicios electorales del año 2018 en el aún, Distrito Federal. Extrañamente el PRI, el PAN y el PRD, así como todos sus partidos satélites, parecen conocer o creen saber quién o quiénes gobernarán en la Ciudad de México a partir del 2018 y hasta el 2024. Es en virtud de esta razón que los partidos signatarios del “Pacto por México” se han apresurado a elaborar una estructura legal y política que le reste poder, tanto a la sociedad civil, como al ejecutivo de la CDMX y a las futuras alcaldías de nuestra contaminada megalópolis[10].
[1] José Antonio Serrano y Josefina Zoraida Vásquez, “El nuevo orden, 1821-1848”, en El Colegio de México, Nueva Historia General del México, México, El Colegio de México, p. 401-409.
[2] Javier Hurtado González y Alberto Arellano Ríos, “La ciudad de México y el Distrito Federal: un análisis político-constitucional.”, en Estudios Constitucionales, año 7, núm. 2, Santiago, 2009, pp. 207-239.
[3] Este nombre representa el empleo de un triste eufemismo que los partidos: PRI, PAN y PRD dieron al paquete de Reformas Estructurales exigidas por el FMI al gobierno mexicano, para que éstos mismos organismo transnacionales le den continuidad a la línea de crédito re-inaugurada por Miguel de la Madrid en 1982.
[4] http://info4.juridicas.unam.mx/juslab/leylab/250/40.htm
[5] SALAZAR Luis, Woldenberg José. ” Principios y valores de la democracia”, cuadernos de divulgación de la cultura democrática, IFE, México, 1997, p. 15
[6] La RAE define este concepto como: “Procedimiento por el que se someten al voto popular leyes o decisiones políticascon carácter decisorio o consultivo.”
[7] La RAE define este concepto como: “Consulta que los poderes públicos someten al voto popular directo para queapruebe o rechace una determinada propuesta sobre una cuestión política o legal.”
[8] Véase que a lo que se refiere Fayad, no es un dicho popular sino el artículo 39 constitucional.
Ver video: https://www.youtube.com/watch?v=lo-eVWVvPWU
[9] Véase al independiente-priista actual gobernador de Nuevo León:”El Bronco”.
[10] Véase que no habíamos sufrido de una contingencia ambiental desde hace 15 años hasta que entró en vigor el Reglamento de Tránsito del DF que no es otra cosa que un medio de recaudación de impuestos en vista de que el PRD sabe que perderá la Ciudad de México en 2018.