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La lucha libre está de luto


23 marzo, 2015 @ 7:50 pm

La lucha libre está de luto

Alan Peralta

peralta_alan812@hotmail.com

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¿Hubo negligencia médica en el caso del Perro Aguayo Jr.? Es la pregunta que se hacen no sólo expertos de la lucha libre, sino aficionados y el público en general. A lo largo de estos días han aparecido distintas versiones. Hay quienes defienden a los organizadores del evento, aunque por otro lado, hay los que critican que no hubo una adecuada atención médica en la función del día sábado 21 de marzo, donde el luchador perdió la vida.

Lo cierto es que ambas posturas tienen razón. Hay personas que no saben que durante dicha función del día 21, hubo más batallas que le antecedieron a la estelar, con luchadores que salieron lesionados y algunos fueron a dar al hospital; sí había un médico ese día pero se encontraba saturado. Pero, me pregunto: ¿en una función de lucha libre, no debe existir más equipo de primeros auxilios?

En un deporte tan físico como lo es el pancracio los luchadores suben al ring con el riesgo de no bajar. Ellos lo saben, pero también la empresa, promotores y organizadores de los eventos, por lo que deben asegurarse de resguardar la seguridad de sus luchadores, con buen equipo médico, para cualquier tipo de emergencia que pueda suscitarse en el momento.

La tardanza con la que actuó el equipo médico, esperemos que no haya sido por intereses de la empresa, al no querer terminar la pelea estelar: el regreso de Rey Misterio al cuadrilátero. La mayoría del público asistió al evento sólo para ver esa prometida lucha entre los dos gladiadores.

Me parece inverosímil que al no tener una camilla de traslado tuvieron que sacar al luchador en una tabla, y sin la protección de un collarín para inmovilizar su cuello, pues necesitaba urgentemente la asistencia de un traumatólogo (que no había) para auxiliarlo en el instante.

Según el Dr. Meraz en entrevista para De Lucha Libre, afirma que fue un accidente, ya que no fue la patada que sufrió, sino fue el momento en que choca contra las cuerdas. Además, el especialista explica que lo más seguro es que de haber sobrevivido, el luchador hubiera quedado cuadripléjico, es decir, no podría mover ni los brazos ni las piernas.

La familia de la lucha libre está de luto, esperemos que este suceso sirva como enseñanza para los organizadores de los eventos,  mejoren su logística y las condiciones en que se enfrentan los luchadores función tras función. Ya que ellos dan todo arriba del ring, por lo menos merecen que les ofrezcan un ambiente seguro y con buena atención médica para cualquier suceso que pueda ocurrir.

Descanse en paz, Pedro Aguayo Ramírez.