Felipe el hombre y la apuesta por lo clásico
El regreso al rock clásico
Vivimos una realidad que ha convertido a la palabra crisis como adjetivo de todo, por eso, a reserva de que resulte lugar común decir que existe una crisis del rock nacional, no encuentro otra definición, aunque no creo en la tesis de una falta de talento, creo más bien en la crisis de la industria rockera. No hay efervescencia en el género, las grandes bandas, aquellas con un sonido tan original como avasallador son escasas.
Creo también que regresar a las raíces -esto es, el sonido clásico-, lo dotará de la suficiente fuerza para renovarlo, como sucedió (con las debidas proporciones) en la Inglaterra de los sesenta, lejos del racismo norteamericano hacia la música afroamericana, donde maduró una generación de rockeros capaces de reinventar el género, al extraer su veta blusera de manera directa, lo que se tradujo en los mejores años del rock anglosajón.
La vuelta a lo clásico con un toque de pop
Esta parece ser la apuesta de la banda chihuahuense Felipe el hombre, compuesta por Mario Murillo (vocal y guitarra) y Alejandro Flores (guitarra) y Daniel Pliego (batería), que definida en nueve palabras sería: un trío con sonido clásico, sin renunciar al pop. Lo anterior no es fácil, se requiere una condición de anfibio para lograrlo. Significa conciliar una forma cruda, de escasa producción, con abundantes riffs, acuerpados con un sonido pop.
La primera impresión al escucharlos es: ¿hay algo más que un golpe de suerte en esa melodía? ¿Hay concepto, propuesta original?
La respuesta a la primera pregunta toma su tiempo, como hasta la cuarta rola. La respuesta a la segunda y tercera llega después de un repaso por su material discográfico, aunque de inmediato salta una nueva duda: ¿Ese sonido original, qué tanto puede mantenerse fresco y no terminar en un sonido monótono? Me parece que este es su mayor reto para sus futuras producciones.
La industria del rock mexicano se consolidó hasta los noventa, duró poco el boom; sin embargo, dejó una escuela de producción musical que hasta el día de hoy rinde frutos, además de que consolidó un mercado y logró profesionalizar los conciertos. Existen buenas bandas que en este momento han marcado un estilo musical, aunque muy inclinado hacia el sonido comercial, pop. Si alguien pretende ser escuchado por un público más amplio, debe adaptarse a lo que suena en el circuito comercial.
Felipe el hombre tiene algo de eso, hay quienes dicen que suena un poco a Zoe, pero sin tantos instrumentos, más natural, yo diría que con reminiscencias de algunas bandas clásicas setenteras. Su canción Mareo es un claro ejemplo de ello. Me parece que logran un equilibrio entre quienes buscan algo más duro, clásico (algunos dirán, sonido viejo) y los que privilegian la melodía complaciente (otros dicen, superficial). Lo que puede abrir un nuevo mercado musical.
Con dos discos a cuestas, han consolidado un sonido original, esperemos que ese mismo estilo no termine por devorar su potencial evolutivo o peor aún, que en esa evolución impere la demanda comercial.
El rock nacional requiere con urgencia una transfusión sanguínea, y el tipo de sangre que veo más compatible es la del blues, sin renunciar a otros géneros conquistados por el rock latinoamericano. Vivimos tiempos de la interculturalidad, donde la regla por excelencia es la mezcla. Pero una pequeña dosis o pizca de ortodoxia rockera no caería nada mal.
Aquí les dejo una selección de sus canciones:
