Nacional

Lecciones de Ayotzinapa y del IPN para un movimiento nacional


20 noviembre, 2014 @ 9:24 am

Lecciones de Ayotzinapa y del IPN para un movimiento nacional

Eduardo Amador

Correo-e: eduardo_amador2000@yahoo.com.mx

Ayotzinapa 43
Imagen: archivo Consideraciones www.revistaconsideraciones.com

La lucha en el Instituto Politécnico Nacional (IPN) y la Normal Rural de Ayotzinapa han derivado en un movimiento estudiantil y popular que pone en claro los objetivos y métodos de combate para el presente periodo.

En la etapa anterior la pelea se dio en el ámbito de la Cámara de Diputados y el Senado de la República contra la aprobación de las reformas estructurales; posteriormente pasamos a la Suprema Corte de “Justicia” de la Nación con solicitudes de amparo y dimos la pelea para tratar de “abrogar” legalmente dichas leyes; finalmente se juntaron y se entregaron firmas para solicitar la “aplicación” de consultas ciudadanas contra alguna de estas reformas.

Esta batalla la perdimos –producto de la dispersión del movimiento, el gremialismo, la confiabilidad en las instituciones gubernamentales y la falta de contundencia para confrontar al régimen–. La etapa actual de la lucha de clases se da en contra de la aplicación de las reformas estructurales, prueba de ello son el movimiento del Instituto Politécnico Nacional (IPN) y la revuelta nacional por la presentación con vida de los 43 normalistas de Ayotzinapa.

En el pliego petitorio de la Asamblea General Politécnica (AGP) se manifiesta la oposición a la aplicación de dos reformas estructurales: 1) La reforma educativa, enunciada en la modificación de planes y programas de estudio y el detrimento del grado académico, rebajándolo de licenciado o ingeniero a técnico y, 2) Contra la reforma laboral, expresada en la evaluación del personal docente.

La movilización en el IPN vino de menos a más, elevando gradualmente los niveles de confrontación al régimen, primero con la realización dispersa de protestas locales en las escuelas, luego con marchas y mítines unitarios (de todas las escuelas), y posteriormente con el estallido del paro indefinido de labores.

Paralelamente también se elevaron las formas organizativas y de dirección del movimiento, pasando de la agitación dispersa de los activistas y colectivos estudiantiles, a la instalación de las asambleas por escuela y posteriormente la Asamblea General Politécnica (AGP).

Hasta el momento la lucha politécnica ha logrado suspender la reforma de los planes y programas de estudio, derribar a la Directora del IPN, sacar al secretario de Gobernación (y funcionaros de la SEP) a despachar en la calle, y finalmente le impusieron condiciones al gobierno para definir el lugar del diálogo y la agenda de discusión.

En el movimiento estudiantil politécnico observamos un claro ejemplo de elevación de las formas organizativas y de confrontación al régimen, donde la política unitaria de Frente Único, expresada en la AGP, y el paro de labores, le han impuesto condiciones al régimen, mejorando el escenario de lucha de clases en favor de los estudiantes y el pueblo para pasar a la ofensiva contra el neoliberalismo y las reformas estructurales.

Por otra parte, la brutal represión del narco-estado mexicano contra los normalistas de Ayotzinapa se dio en un escenario en que los futuros docentes luchaban (junto con el magisterio democrático) contra la aplicación de dos reformas estructurales: 1) La reforma educativa, que tiende a la desaparición de las Normales Rurales y, 2) La reforma laboral, expresada en el programa gubernamental: “Alianza por la Calidad de la Educación” (ACE).

Dicha agresión despertó un movimiento espontaneo a nivel nacional, que manifiesta (más allá de lo sucedido en Iguala) el hartazgo del pueblo mexicano por los altos niveles de inseguridad, violencia, impunidad, corrupción gubernamental y vínculos de este último con el narcotráfico y la delincuencia organizada (en todos los niveles de gobierno y en todo el territorio nacional).

Este movimiento también vino de menos a más, elevando gradualmente los niveles de confrontación al régimen, primero con la realización de marchas y mítines en el Estado de Guerrero (y después a nivel nacional), posteriormente con los paros nacionales, bloqueos carreteros y de accesos a aeropuertos, toma de presidencias municipales y centros comerciales, quema de vehículos y edificios gubernamentales. Las consignas de lucha también tuvieron un avance, al pasar  de la solicitud de presentación con vida de los 43 normalistas, a la exigencia de desaparición de poderes en Guerrero, y plantear la creación de comités ciudadanos municipales y consejos populares para que el pueblo autogobierne desde las colonias, barrios y comunidades.

Aquí también se elevaron las formas organizativas y de dirección del movimiento, primero con la constitución de la Asamblea Interuniversitaria, que aglutina a estudiantes de diversas escuelas, y después con el surgimiento de un referente más amplio, denominado Asamblea Nacional Popular (ANP), que aglutina estudiantes, padres de familia, sindicatos y organizaciones políticas, sociales y de derechos humanos.

El movimiento por la presentación con vida de los 43 normalistas ha logrado hasta el momento, derribar al Gobernador Ángel Aguirre, llevar a la cárcel al ex Alcalde José Luis Abarca y su esposa (junto con algunos policías delincuentes), y principalmente  evidenciar una vez más, ante todo el mundo, los nexos de los políticos y funcionarios públicos con la delincuencia organizada.

En este caso también vemos un claro ejemplo de elevación de las formas organizativas y los niveles de confrontación al régimen, donde la política unitaria de Frente Único, expresada en la Asamblea Interuniversitaria y la ANP, han puesto en apuros (nacionales e internacionales) al gobierno de Peña Nieto, mejorando el escenario de lucha de clases en favor del pueblo para pasar a la ofensiva contra el neoliberalismo y las reformas estructurales.

En 2015 la lucha de clases se agudizará más, en los marcos de la “aplicación” de las reformas estructurales (principalmente la energética). Ayotzinapa y el IPN le muestran al pueblo la ruta de combate contra el régimen: FRENTE ÚNICO Y HUELGA POLÍTICA GENERAL.

 

 

 

 

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