Alteridad Gato con Lentes

Una ciudad en la que quepamos todos

Avatar


23 agosto, 2018 @ 7:08 pm

Una ciudad en la que quepamos todos

La accesibilidad de la ciudad influye mucho en la calidad de vida de sus habitantes

Uno de los más grandes problemas de nuestra Ciudad de México (CDMX ) es la movilidad y la educación vial que tenemos, y para combatir este mal que afecta a todos, tenemos que entender la jerarquización de la movilidad en las grandes urbes, derribar mitos y construir consciencia colectiva.

Los puentes peatonales son parte de la infraestructura innecesaria en la ciudad (no en todos los casos), no sólo porque el peatón debe recorrer hasta 3-4 veces más de lo que recorrería al cruzar la calle, sino también debemos pensar en las personas con movilidad reducida: en silla de ruedas, muletas, ancianos, embarazadas, con debilidad visual, etcétera.

Diseño de los espacios

El diseño de los espacios en los que nos movemos y recreamos puede obstaculizar o alentar la interacción social, y de otra manera puede segregar o generar inclusión para personas que padecen algún tipo de discapacidad.

Los malos diseños son capaces de excluir o limitar el acceso a la educación, la aceptación en el ámbito laboral e incluso la participación en la vida cívica. En cambio, un (buen) diseño universal e incluyente promueve entornos amigables que permitan a todos los ciudadanos desplazarse de manera libre y autónoma, y así contribuir de manera indirecta en la calidad de vida de sus habitantes.

Infraestructura necesaria

En días pasados se ha estado hablando de la propuesta de hacer ciclovías elevadas, es decir, infraestructura innecesaria que encarece algo que es barato. Aislarían a los ciclistas de la ciudad; no habría posibilidad de hacer paradas durante el trayecto, dificulta la movilidad para todos quienes no viajen en auto y por supuesto, va contra la integración urbana de todos los usuarios en un mismo nivel.

Es imperativo que la CDMX atienda los conflictos de movilidad que sufrimos todos los usuarios, ya sean peatones, bicicletas, transporte público y hasta el final transporte de carga y autos particulares, siguiendo el orden de la pirámide invertida de movilidad.

Es evidente que hay muchos problemas más por resolver en tema de movilidad, no obstante, algo en lo que todos o por lo menos muchos estamos de acuerdo, es en que se debe educar a los automovilistas y bajarles sus humos de superioridad, y sobre todo hacer que entiendan que las calles no son suyas, son de quienes las caminan.

Los puentes peatonales no son necesarios, las rampas y antiderrapantes en aceras, semáforos con sonido para débiles visuales y TAPAS EN LAS COLADERAS.

Haz patria y educa a un automovilista.